jueves, 12 de julio de 2007

El valor de un simple gesto


Desde siempre he sido una niña muy cariñosa, de esas que llaman osito de peluche por ser mimosas y tiernas. Desde mi infancia siempre he sido de dar besos y abrazos en cualquier momento, a cualquier persona, por cualquier razón.

Y a veces me pregunto, ¿qué sería de nosotros sin esos gestos? ¿qué sería de mí?...nada...

Aunque por experiencia de gente cercana sé que hay muchas formas de demostrar el cariño, yo no podría sobrevivir sin el abrazo de aquellos amigos que hace tiempo que no ves, la mirada de tu pareja que te extiende la mano al caminar, el beso de buenas noches a mis padres antes de ir a dormir, la sonrisa de mi hermana cuando llevamos tal vez un par de días sin vernos...yo sin estas pequeñas cosas no podría ser yo.

Por eso desde aquí mando este mensaje: dejémonos querer. Disfrutemos a cada segundo de esos pequeños gestos, a veces muy vistosos, otras veces más escondidos, que nos brindan aquellas personas especiales en nuestras vidas.

Disfrutemos de la sonrisa de un niño que se cruza en nuestro andar, de la mirada complaciente de un anciano desconocido que te da los buenos días, de las miradas que se cruzan sin querer...

Aprovechemos estas pequeñas cosas que hacen que la vida, a veces complicada, sea el mejor regalo que podemos tener.

Desde este rinconcito de internet, y desde este otro de mi corazón, os mando tantos abrazos, besos, mimos, sonrisas, etc. como queráis coger.

1 Pensamientos:

Rober Berto dijo...

Ahí tienes toda la razón, que son gestos muy simples, pero que luego tienen un valor increíble y que alegran enormemente a cualquier persona, y que se echan mucho de menos si no se dan...

Pd: Tenemos que acariciarnos más en general...